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Hay pavimentos de exterior que son extremadamente porosos como la piedra natural, aglomerados, baldosas y barro cocido o terracota. Son pavimentos rústicos y acogedores cuya rugosidad les atribuye la propiedad de ser antideslizantes pero que por contra acumulan mucha suciedad difícil de eliminar al absorber con facilidad cualquier tipo de líquido.

Antes de continuar con el consejo: ¿cómo puedes saber si nuestro suelo es poroso?

Hay un test muy sencillo que indica si el suelo es o no poroso: Es tan simple como tirar unas gotas de agua al suelo y observar qué sucede. Si las gotas de agua se vuelven oscuras es que se han filtrado dentro del soporte y por tanto, el suelo es poroso, por el contrario, si las gotas se quedan sobre la superficie quiere decir que no lo es.

Una vez seguros que efectivamente el suelo es poroso, toca protegerlo contra manchas y humedades aplicando un sellador de poros específico como STAR SEALER.

¿Cómo aplico un sellador de poros?

  1. En primer lugar y fundamental: el suelo debe estar limpio. Si el suelo tiene manchas hay que eliminarlas con productos específicos para ello.
    1. Manchas de grasa, el desengrasante específico STAR FORZE es ideal para ello.
    2. Manchas de óxido o salitre usa el quita cementos estrella: STAR CIMENT.
    3. Manchas de moho, verdín o musgo : el infalible STAR GARDEN.
  2. Aclara muy bien con agua para eliminar los restos de suciedad y producto.
  3. Espera a que el pavimento esté completamente seco.
  4. Aplica el producto sellador STAR SEALER a razón de 50/70ml por m2 con un pincel, rodillo, mopa o aplicador de ceras y deja secar completamente antes de pisar (aproximadamente unos 30 minutos).
  5. Si el pavimento es muy poroso es mejor aplicar dos capas de sellador para asegurarte de que has protegido correctamente el suelo.
Una vez seguros que efectivamente el suelo es poroso, toca protegerlo contra manchas y humedades aplicando un sellador de poros específico como STAR SEALER.

Siéntate en tu terraza y contempla la obra maestra con un vinito. Ya has conseguido sellar el poro del suelo y esto ayudará a conservar su color y propiedades, alargando su vida útil y manteniéndolo en perfectas condiciones de limpieza e higiene.

Ya sabes: viniste a ser feliz, ¡no pierdas más tiempo de la cuenta!

Una de las armas principales para combatir el cambio climático es la movilidad sostenible. El transporte motorizado es el responsable de la mayoría de las emisiones de Efecto Invernadero, es por eso que la bicicleta se está convirtiendo en un elemento clave en nuestros desplazamientos.  Todo eso sin tener en cuenta el uso de la bici los domingos por la montaña o el disfrute de largos paseos por la playa, y por qué no decirlo: es un medio de transporte saludable que además de ayudar al planeta, cuida tu forma física y fortalece tus músculos.

Después de regresar a casa de esa jornada por pistas embarradas, tienes la bicicleta hecha un Cristo y debes ponerla a punto para la próxima salida. Siguiendo nuestros consejos, vas a dejarla tan limpia que vas a ser la envidia de otros ciclistas.

* Ten especial atención a piezas oxidadas y alambres o salientes de metal con los que puedas cortarte o arañarte limpiando la bici.

  1. Usa unos guantes para mayor seguridad.
  2. Moja la bicicleta en su totalidad con la ayuda de una manguera o cubo en su defecto. La fuerza de la presión del agua ayudará a eliminar la suciedad adherida a la superficie.
  3. Una vez enjuagada, pasamos a limpiar en detalle los elementos de la bici. Ayúdate con STAR DEGREASER que elimina la grasa y suciedad persistente de forma fácil y con el mínimo esfuerzo. Pulveriza el producto sobre las llantas, cadena, frenos, retenes, discos y cambios.
  4. Una vez el producto haya actuado durante unos minutos, frota los elementos con una esponja suave, agua y jabón de lavar los platos. Un viejo cepillo de dientes que ya no uses también te servirá para limpiar pequeñas piezas y detalles.
  5. Aclara la bicicleta con agua. Mucho mejor con una manguera a presión que acabará de eliminar restos de grasa y barro adheridos a la superficie.
  6. Para el proceso de secado, utiliza un paño, bayeta seca o papel de cocina y asegúrate de eliminar restos de humedad de la bicicleta.
  7. Por último queda lubricar y engrasar las piezas de nuevo.

Ahora la bici ya está a punto para una nueva aventura. ¡Que la disfrutes!